Sobre el monte del Corcovado y en el Parque Nacional de Tijuca se erige el Cristo Redentor, icono de Brasil y recientemente declarado una de las nuevas 7 Maravillas del Mundo por esta controvertida iniciativa. Se levanta a más de 710 metros sobre el nivel del mar, por lo que ofrece una impresionante vista panorámica de la ciudad: es una buena manera de empezar nuestra visita a Río, ya que desde él podemos hacernos una idea de los principales puntos turísticos de la ciudad (las playas de Copacabana e Ipanema, el estadio de Maracaná, etc.) y de su disposición.

El Cristo Redentor extiende sus brazos para recibir a todos los visitantes.
Fotografía: Infomofo
La estatua de abrió al público en 1931 y, según se cuenta, representa la hospitalidad de los cariocas, que reciben al viajero con los brazos abiertos, aunque en su origen fue concebida por el cardenal Don Joaquim Arcoverde como refuerzo de la fe religiosa de los brasileños.
El acceso puede hacerse en coche (hay taxistas que nos llevarán hasta él, pero no es recomendable si no se tienen referencias de alguno de confianza) o en autobús (a un precio bastante inferior). Pero lo más aconsejable para llegar es utilizar el bondinho, un tren que sale desde la estación Ferro do Corcovado (el trayecto dura unos veinte minutos). Para los atrevidos que viajen con un presupuesto amplio, lo más impresionante es hacer la visita en helicóptero (salen desde Urca).

Detalle del Cristo Redentor.
Fotografía: Caochopp
Es mejor realizar la visita por la mañana, ya que por la tarde hay una excesiva afluencia de turistas y sacar unas buenas fotografías se complica. Por la noche puede contemplarse iluminado casi desde cualquier punto de Río de Janeiro.